La mayor cantidad de toxinas proviene de la natural degradación de los alimentos ingeridos, proceso necesario para convertir los nutrientes en sustancias más simples, capaces de generar energía y material constructivo.
Estas transformaciones producen desechos, cuya eliminación está prevista en el funcionamiento orgánico. Por ejemplo, las proteínas, al desdoblarse en aminoácidos, generan urea y ácido úrico; la combustión de la glucosa produce ácido láctico y gas carbónico; las grasas mal transformadas, ácidos cetónicos. Son toxinas perfectamente toleradas por el organismo, siempre y cuando no superen cierto límite.
Este límite está dado por nuestra capacidad de digerir, Combustionar y eliminar. Al superar este umbral, los desechos, aunque naturales, se convierten en una amenaza para el cuerpo, entorpeciendo su normal funcionamiento.
Para desintoxicar el cuerpo y pretender recuperar por si mismos nuestro estado natural de salud, debemos comenzar por destapar nuestros filtros orgánicos y moderar el nivel de toxemia, sino hacemos esto, todos los demás métodos que usemos no serán muy efectivos.
Para realizar la tarea de depuración, el cuerpo dispone de varios órganos especializados en esta función, son los llamados emuntorios: intestinos, hígado, riñones, piel, pulmones y sistema linfático.
Cuando todos los emuntorios trabajan en modo normal y el volumen de desechos no supera la capacidad de procesamiento, el organismo se mantiene limpio y las células pueden funcionar correctamente. Esto significa que estamos en presencia de un organismo eficiente y, por ende, de una persona saludable, ágil y vital.
Pero si los desechos superan la capacidad de los emuntorios y éstos comienzan a funcionar deficientemente, el organismo se carga progresivamente de toxinas y el funcionamiento orgánico se degrada paulatinamente.
Por ejemplo; Los riñones deben eliminar 25 a 30 gramos diarios de urea. Si solo eliminan 20, significa una retención de 5 gramos por día, o sea 150 gramos mensuales. Los riñones Pueden eliminar unos 12 gramos diarios de cloruro de sodio (sal refinada), pero está demostrado que la alimentación moderna provee 15 gramos o más. Esto quiere decir que reteniendo sólo 3 gramos diarios, estamos acumulando en el organismo 90 gramos por mes (causa de edemas y celulitis).
Esto permite entender la importancia de una alimentación sobria, de buena calidad y en dosis adecuadas a nuestro desgaste calórico.
Aún con alimentos sanos y naturales, si comemos más de lo que gastamos, estamos creando un problema adicional al organismo, que debe lidiar con sustancias que no puede utilizar y/o eliminar y que algún destino deberán tener!
Sustancias químicas artificiales como conservantes, saborizantes, emulsionantes, Estabilizantes, antioxidantes, colorantes, edulcorantes, grasas transaturadas (margarinas), la sal, el azúcar refinado etc. Son algunas de las sustancias tóxicas que diariamente introducimos al organismo.
La piel es otro órgano permeable a elementos indeseables: cosméticos, tinturas, cremas, antitranspirantes y fijadores son fuente de sustancias nocivas.
Por las vías respiratorias también introducimos importantes cantidades de venenos: desde el humo de cigarrillos a los desechos de combustión y procesos industriales
Para una depuración corporal exitosa, se deben activar previamente los órganos de eliminación (emuntorios). Existen diversas propuestas para activar las funciones de los Órganos de eliminación, los cuales trataremos en este blog, pero por cual órgano empezar? Cada persona deberá evaluar por los síntomas, el estado de sus órganos de eliminación y el tipo de desecho predominante en su cuerpo.
A veces el estado de la persona es bueno y su energía vital permite estimular varios emuntorios al mismo tiempo. Pero en casos más críticos, conviene trabajar uno por vez para evitar el agotamiento orgánico por exceso de exigencia.
También tiene mucho que ver el nivel de actividad de la persona en cuestión; si está sujeta a intensa actividad, con más razón deberá actuar con prudencia
Generalmente se combaten intoxicaciones que vienen de décadas de acumulación, o mal funcionamiento de emuntorios que se arrastran de varios años. Los tiempos de desintoxicación dependerán de la cronicidad de los males y las acumulaciones.
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