La cebolla tiene una poderosa acción sobre las sustancias toxicas debido a su rico contenido de silicio, se le conocen propiedades que pueden atenuar los riesgos del cáncer. De allí su importancia para tratar las enfermedades renales.
Puede curar antiguas enfermedades crónicas, tales como: enfermedades del aparato digestivo, de los riñones, mucosidades, tos, ronquera, supuraciones, granos, hinchazones, hidropesia
La cura es simple y económica: Basta con tomar diariamente y durante todo un mes el jugo de cebollas agregado a una sopa de verduras, con algunas gotitas de limon. Se puede variar con ensaladas de cebollas o ingiriéndolas en ayunas, crudas y enteras.
Para preparar el jugo de cebolla, se pelan tres o más cebollas grandes, se cortan en pedazos y se pasan por la máquina exprimidora o extractor de jugos. El que no posea esta máquina, que ralle las cebollas peladas sobre un rallador fino poniendo un plato debajo para recoger el zumo, o puede obtener éste picando finamente las cebollas, machacándolas y exprimiéndolas a través de un lienzo fino.
El caldo de cebolla con miel y limón, es una de las mejores medicinas para toda clase de trastornos del aparato digestivo, tanto del estómago como de los intestinos y del higado. Se cuece con miel y, al tomarlo, se le pone limón. Este caldo es también una excelente medicina en caso de fiebre y pulmonía.
También se puede mezclar el jugo de cebolla con ajo y unas gotas de limón.
Durante la cura es necesario llevar una alimentación natural, comiendo especialmente muchos alimentos crudos, muchas plantas silvestres, tales como: ortiga, diente de león, menta, llantén, borraja, verdolaga, así como hortalizas, especialmente espinacas y zanahorias
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