La vitamina C es necesaria para evitar gran número de enfermedades, sobre todo las de las vías respiratorias: catarros, bronquitis, asma, gripe, etc. Es necesaria para la prevención del escorbuto, enfermedad que se origina por la falta de vitamina C en el organismo, a causa de la ingestión prolongada de alimentos carentes de ella.
La vitamina C incrementa el poder defensivo del organismo, cumple un importante papel en la producción de anticuerpos y neutralización de toxinas, es antioxidante ayudando a bloquear en gran parte el daño que causan los radicales libres, causantes entre otras cosas del envejecimiento y del cancer, además ayuda en la formación del colágeno, ayudando a mantener tejido, huesos y dientes fuertes. De ahí su valor, no solo como elemento preventivo, sino también curativo.
La vitamina C no es producida por el cuerpo, ni tampoco es almacenada en él, por lo que es importante ingerir diariamente alimentos que contengan esta vitamina.
No se puede afirmar que la vitamina C, "pura", artificial, obtenida sintéticamente, en forma de tabletas o inyecciones, sea mejor que la contenida en forma natural en frutas como la naranja o en el limón
La eficacia de la vitamina C natural, comparada con la obtenida sintéticamente, se deduce del siguiente hecho: 100 miligramos de vitamina C, en forma de zumo de frutas tienen un poder antiescorbútico superior a 100 miligramos de ácido ascórbico sintético. Ello se debe a que la vitamina C natural va acompañada de ácidos y sustancias que la protegen contra la oxidación y que a la vez actúan como activadores de su función.
La vitamina contenida en la naranja es muy estable (gracias a la acción de su jugo) y se absorbe perfectamente en el intestino; en cambio la "pura", la artificial, se destruye con gran facilidad y nunca podemos tener seguridad sobre lo que queda en las ampollas desde que salieron de la fábrica hasta que se inyectaron.
Su más alta concentración en los órganos del cuerpo se halla en las glándulas suprarrenales (órganos situados encima de los riñones y en contacto con ellos), y después, en el hígado. Las glándulas suprarrenales (glándulas del tono vital) son las que infunden dinamismo al organismo.
Mantener una buena tonificación orgánica demanda amplios ingresos de vitamina C, se ha comprobado que la resistencia a la fatiga disminuye proporcionalmente al grado de carencia en vitamina C.
Por otra parte, los enfermos con insuficiencia suprarrenal mejoran, administrándoles en cantidad suficiente zumo de naranja, por su reconocida riqueza en vitamina C, ya que este elemento es imprescindible para reparar su insuficiencia.
En conclusión si quieres aumentar la capacidad defensiva de tu organismo y mantener en auge tu tono vital debes incorporar en tu alimentación alimentos ricos en vitamina C. Recuerda que la mejor manera de asimilarla es tomarla en la forma que la Naturaleza nos la ofrece.
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