El tomate se usa tradicionalmente en tratamientos para presión arterial alta, las infecciones e inflamaciones de la piel, para prevenir varios tipos de cáncer, como depurativo del hígado, contra el herpes y las alergias, para prevenir el derrame cerebral y enfermedades cardiovasculares, actúa sobre el envejecimiento de nuestro organismo, ayuda a calmar el dolor de cabeza y para bajar de peso.
El tomate es la fuente más considerable de antioxidantes, ya que tiene en su composición Licopeno que es un potentísimo antioxidante natural y actúa protegiendo a las células del organismo del estrés oxidativo producido por los radicales libres, lo que hace que prevenga el riesgo de la aparición de varios tipos de cáncer o enfermedades cardiovasculares.
El licopeno no puede ser producido en el interior de nuestro organismo, por lo tanto sólo lo podemos obtener mediante el consumo de alimentos ricos en él.
El tomate cocido o las salsas de tomate que han sido sometidos a la acción del calor, contienen licopeno de mejor asimilación.
El tomate contiene además vitaminas C, A, K y las de los grupos B, y minerales como fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso, zinc, cobre, potasio y sodio.
Es muy recomendado para la prevención del cáncer de próstata.
El jugo de tomate es recomendado para eliminar los síntomas de intoxicación alcohólica (embriaguez)
Para curar el Guayabo se deben tomar dos tomates, el jugo de un limón, diez góticas de tintura o extracto de boldo y un cubito de hielo. Media hora después desaparece el guayabo.
Ayuda a curar llagas y ulceras aplicando rebanadas de tomate directamente en la parte afectada calman el dolor y eliminan pronto la inflamación.
Por su gran contenido de potasio puede reducir notablemente la presión sanguínea.
Image: Paul / FreeDigitalPhotos.net
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