El cuerpo humano necesita, ante todo calcio, para la purificación, reconstrucción, nutrición y fortificación de los huesos, de los dientes, de las células, de los tejidos, (especialmente de los pulmones) de las Glándulas y de todo el organismo en general. La insuficiencia de calcio contribuye de manera significativa al desarrollo de la osteoporosis.
Además de formar huesos fuertes, el calcio ayuda a regular los latidos del corazón y la coagulación de la sangre. También estimula la actividad enzimática para la digestión de grasas y proteínas.
Además de formar huesos fuertes, el calcio ayuda a regular los latidos del corazón y la coagulación de la sangre. También estimula la actividad enzimática para la digestión de grasas y proteínas.
Es necesario como preventivo contra toda clase de virus, bacterias y gérmenes contagiosos. Los alimentos ricos en calcio tienen un excelente efecto sobre la calcificación de las arterias.
En el organismo, la corriente sanguínea re absorbe constantemente la mayor parte de calcio y lo vuelve a utilizar. Por lo tanto, es absolutamente necesario que durante toda nuestra vida repongamos el calcio que entra y sale de los huesos.
Todas las comidas y bebidas pobres en calcio, tales como la carne, los embutidos, las harinas blancas, el azúcar refinado, las conservas de todas clases, el café, etc. no solamente carecen de calcio, sino que incluso lo roban del organismo humano.
En las frutas, verduras y vegetales en general existe abundancia de calcio. En algunos casos estos proporcionan calcio que se asimila mas fácilmente que el que se obtiene de la leche y sus derivados.
Verduras y frutas especialmente ricas en calcio son: la zanahoria, la cebolla, las espinacas, las raíces de apio, el repollo blanco, la coliflor, el Brócoli, la lechuga, el limon, la naranja, la fresa, la aceituna, la lima, la sandia, el melocotón, el coco, la mora, la piña, la ciruela, la mandarina, la cereza, el mango, las Brevas, la granada, la manzana, la pera, las nueces, las almendras, la uva, el melón, el higo
Plantas especialmente ricas en calcio son: la ortiga, el diente de león, hojas de abedul, salvia, el tomillo, el árnica, el hinojo.
Es necesario tener en cuenta que sin suficiente vitamina D el cuerpo no puede absorber el calcio.
La vitamina D se produce naturalmente en el cuerpo después de exponerse a la luz del sol. Exponerse al sol por quince minutos es más que suficiente para producir y almacenar toda la vitamina D que necesita.
También puede consumir alimentos ricos en vitamina D como yemas de huevo, pescado de agua salada, hígado, yogurt y los lácteos en general. Por lo que resulta muy conveniente combinar las frutas con yogur para facilitar la absorción del calcio.
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